Este dos de diciembre, la humanidad celebrará por segunda vez el Día Mundial de los Futuros, bajo el lema «Construyendo sociedades inclusivas y resilientes».

Resulta verdaderamente llamativo que un tema como este, causante de interés y desvelos desde los inicios de la civilización, no contara con una celebración institucionalizada hasta el 2022, año en que a propuesta de la UNESCO se proclamó la fecha como «una invitación abierta a todos los países del mundo a desarrollar sus capacidades y abordar retos, garantizando el desarrollo sostenible para las generaciones futuras».

Los seres humanos sentimos una atracción irrefrenable por saber qué pasará mañana, como si conocer dicha información anticipadamente pudiera cambiar lo que vendrá después. La gente busca señales futuras en horóscopos, cartas, bolas de cristal y sedimentos de café.

Más allá de estas prácticas basadas en diferentes creencias, toda una ciencia se ha desarrollado en torno a la posibilidad de prever y organizar escenarios, de entender a dónde irá el mundo a partir del desarrollo tecnológico y su influencia en las dinámicas sociales. Nos referimos a la prospectiva.

Pero, sin dudas, las personas que más han impactado en el devenir de las sociedades son aquellas que se han ocupado de su presente con la mayor avidez y entusiasmo, como si el aquí y el ahora fueran lo más importante de la vida.

Los verdaderos constructores del futuro son quienes han construido un pequeño negocio y se han expandido, quienes han dedicado sus mejores años al crecimiento profesional y al trabajo, quienes han creído en el poder de la dedicación y han apostado por una idea innovadora.

Por ello, la Confederación Nacional de la Productividad le da la bienvenida a este festejo y celebra el Día Mundial del Futuro como propio. No encontraremos nada en el mañana que no sepamos producir hoy; no existirá un día después del después si no somos capaces de seguir produciendo, para la inclusión, el bienestar, la felicidad.

«El futuro tiene muchos nombres», dijo Víctor Hugo. «Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad».

Esos son nuestros afiliados, valientes que construyen su oportunidad en el mundo.